Mujer
Expuesta, desnuda y con frío
Salvajemente despojada
La dignidad agonizante
Volviéndose rabia
Se cubre inútilmente las rodillas
Para no caer
Para no ceder
Para que la mantengan erguida
Desde su celda
Semi ahogada
Se cuela un grito
Agudo y punzante
Sabe que no es de su garganta
Pero se parece tanto
Al que emitía cuando soñaba
Se van sumando las voces
La suya permanece asustada
Enmudeció hace siglos
Por miedo a la hoguera
Y a las llamas
Al dolor de su matriz
Al ardor de sus pechos
A la sangre que vistió
Sus insolentes miradas
“Llena eres de pecado”
Tu cuerpo, tus ideas, tu fragancia
“Maldito sea tu vientre”
Si proclama vida a mis espaldas
“El señor te ha abandonado”
Porque se equivocó al crearte
Pensante, decidida, sabia.
Las voces siguen en marcha firme
Hasta obligarla a mirarlas
Van hacia ella, destruyen su celda
Son voces suaves, duras, graves, toscas,
Temblorosas, dulces,
Enojadas.
Eres libre
-le gritan al unísono-
Eres tuya.
No comprende lo que significa Libertad
Sólo recuerda que es algo malo
Que la pueden castigar
Pero se levanta y grita
Con la voz de sus sueños
Y vuelve a gritar
Quiere ser abrazada
Quiere abrazar
Quiere anidar y ser guía
Quiere que la acompañen
Y ser compañía
Eres libre
-
Le gritan las voces al unísono -
Eres tuya
Debes gritar
Luchar, odiar.
Cómo se es libre?
Gritando, acechando, hiriendo?
Amando, criando, sintiendo?
Cómo quieren que ejerza mi libertad?
Y decide libremente
Volver a callar.