Comienzo el día
intentado
desnudarme de las sábanas
que, enredadas en mis muslos,
enjugan y enjuagan
mis delirios inconclusos.
Me dispara de frente
la mañana
con un puñal en cada mano
hiriendo de muerte
el coraje de mi noche,
que humillada
retrocede
sin para de sangrar.
Y me obliga
(victoriosa)
a restregar de mis párpados
los sueños que dañados
aún no quieren despertar.
Huelo el café
mientras se desliza por mis labios
disolviéndose en mi lengua
obligando a mi conciencia
a debatirse
entre fingir el presente
o seguir soñando.
Me rindo,
esquivando
la claridad naciente
y me anido
en el hueco de mis brazos.
Me enredo nuevamente
entre las sábanas sedientas
y concluyo con mis manos
los sueños que impacientes
esperaban
licuarse entre mis piernas.
viernes, octubre 16, 2009
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6 comentarios:
Parece que el despertar ha sido amable.
:)
Buen fin de semana.
Besos.
Ecos deshilvanados que nuestra conciencia eximia y victoriosa, en el milagro de la soledad más preciada, logra aunar para morir los ecos, renaciendo en el el soplo de un gemido.
Extraordinaria Cassandra.
Varios placeres leerte.
Cas
Menudo poder de convocatoria
que tienen los Oniros.
En Domingo no suelo hacer café.
Vengo a darte un bexo y te pillo dormida.
Un (exo)
"wake up, and smell de coffe"
Hay días que no debían amanecer para no romper la magia del sueño... afortunadamente un buen aroma de café nos libera los sentidos, o mejor dicho,nos hace recuperar el sentido adormecido...
sensual despertar, amiga Cass
beso
Excelente!!! Haces que el calor y la sed de otra piel se torne poesía.
Un abrazo fuerte.
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