Después de
amarte
Te encontré
Desnudo de
ofrendas
Cargando el
olvido
No hizo falta
llamarte
Con sonidos
pretéritos
Sólo bastó un
espejo
Y un abrazo
sin beso.
Del mutuo mar
a la sagrada montaña
De tu bosque
al lago
De la asesina ciudad
a la enigmática isla
Nos sumergimos
y escalamos
Compartiendo alas
y manos.
Un capricho de
la luna
Nos envolvió decidido
Rodeando mi
cintura
Con tus siete sentidos
Constelaciones
enteras
Nos unieron a
su vuelo
Consumándonos
en su brillo
Cosiendonos a
la misma estrella.