martes, enero 29, 2008


Suspendida en lo alto,
Calibrando los centímetros que me alejan de la tierra
Voy vagando a través de los instantes
Lúcida, silente, cautiva de mis propias ideas.
Dejando caer el rito lapidario de ambigüedades
Impuestas

Cuando se detienen los segundos tan solo para asombrarse
de mi vuelo a través de la niebla
despejo la retina ya secada al sol, la de antes
y me vuelvo águila de plumaje lúbrico
y ojos penetrantes.

El mundo se muestra estático desde el cielo
los dias como caudales desesperados
que no encuentran su océano.
La gente… solitarios vagabundos, efímeros
Sedientos
La plaza, las calles, Babel entero
sudando en el tumulto, aullando en el desierto.

Para existir prefiero la tallada cumbre
Inhóspita, invocante… elevado sosiego
Pues nadie mira jamás hacia arriba
Ni empina el pescuezo más allá de los hombros de su propio compañero.
Para existir prefiero la suntuosa cumbre
La espesura de su gelidez invitando al sueño
Para existir elijo la inalcanzable cumbre
Como voluntario y último destierro.

Fotografía: Claudio Vidal, Chile.

viernes, enero 25, 2008

Los días van tan rápidos

Gonzalo Rojas
De Contra la muerte, 1964.


Los días van tan rápidos en la corriente oscura que toda salvación
se me reduce apenas a respirar profundo para que el aire dure en mis pulmones
una semana más, los días van tan rápidos
al invisible océano que ya no tengo sangre donde nadar seguro
y me voy convirtiendo en un pescado más, con mis espinas.

Vuelvo a mi origen, voy hacia mi origen, no me espera
nadie allá, voy corriendo a la materna hondura donde termina el hueso, me voy a mi semilla, porque está escrito que esto se cumpla en las estrellas
y en el pobre gusano que soy, con mis semanas
y los meses gozosos que espero todavía.

Uno está aquí y no sabe que ya no está, dan ganas de reírse
de haber entrado en este juego delirante,
pero el espejo cruel te lo descifra un día
y palideces y haces como que no lo crees,
como que no lo escuchas, mi hermano, y es tu propio sollozo
allá en el fondo.

Si eres mujer te pones la máscara más bella
para engañarte, si eres varón pones más duro
el esqueleto, pero por dentro es otra cosa,
y no hay nada, no hay nadie, sino tú mismo en esto:
así es que lo mejor es ver claro el peligro.

Estemos preparados. Quedémonos desnudos
con lo que somos, pero quememos, no pudramos
lo que somos. Ardamos. Respiremos
sin miedo. Despertemos a la gran realidad
de estar naciendo ahora, y en la última hora.

martes, enero 22, 2008

Si mi alma hubiese sido más fuerte
Y mi fuerza no sucumbiera ante mi mutismo
Si mi estrella no se acobardara por la brillantez
Tal vez no te hubiese perdido
Y este lamento no bajaría húmedo hasta mi cuello
Haciéndose huella y sendero
Al amparo de tus ojos que ya no hablan
Huérfano de tus palabras que ya no acarician.

Quedarás a orillas de mi fragmentada sonrisa
Sabiéndote quien derribó tiernamente mis presagios
Empuñando los lacónicos recuerdos enmascarados
Inventándole una razón a mi cobardía.

Serás verso antiguo y aguda poesía
De esas que cimientan las tardes de lluvia
Un par de noches sin pretensiones ni luna
Y manantiales de rolas, tonos y melodías

Que harán lecho entre mi oído y tus lejanías.

miércoles, enero 16, 2008

Bene...de...tti

“…Bien sabía él que la iba a echar de menos
Pero no hasta que punto iba a sentirse deshabitado…”

Deshabitado del huracán de sus miradas
Desprovisto de la osadía de sus mieles
Desalojado de sus parajes y sus comarcas
Desterrado de su memoria y sus ayeres.

No sabría él como habitar las honduras y los rincones
Cómo sostener hábilmente ese inquietante vacío
Cómo desteñir esos sabores
Cómo entibiar ese nido.

Bien sabía él que renunciaba a sus vidas prometidas
Que lanzaba sin rumbo los destinos encomendados
Que las palabras no brotarían más en prosa ni en poesía
Que los inviernos nunca más olerían a sándalos.

Bien sabía que la lluvia ya no haría grietas en su ventana
Tratando, celosa, de aliviar los cuerpos afiebrados
Que una flor perfecta sólo abre una mañana
Que el viento no mecería más los avellanos.

Mas quiso ser estatua y pulso suspendido
Secar con sus manos el cántaro de sudores
Inventarse raudales de sueños que ahuyentaran el frío
Atarse firme en rafia para aquietar los temblores.

Bien sabía él que la iba a echar de menos,
Mas no sabia por que su alma aún vibraba,
Bien sabía ella que le debía un olvido,
Un beso en la frente… y otro en la nostalgia.

lunes, enero 14, 2008

A qué sabe la soledad?
Sabe a acantilado…

A mar abierto,
A amaneceres,
A universo.
Sabe a hambre,
A luna quieta,
A días en estampida,
Sabe a templo.

Sabe a derrota.
Arpa huérfana,
A fantasma,
A desierto,
Sabe a julio,
A fé marchita,
A llama extinta,
A lástima dormida.

Sabe a bosque de eucaliptus,
Después del estornudo de la lluvia.

A veces sabe a tormenta
A ráfagas de viento o de rocío
Que alborota la cabellera
Y silencia el oído.

Otras… sabe a canción de abuela
Lenguas sabias
Corazón aguerrido
A mieles de infancia
Ruinas de la memoria
A sombra de lo que marcha
A escarcha y olvido.

sábado, enero 05, 2008

Se me escapan las manos hacia laberintos inexplorados
Se me escapa el murmullo que roza los sentidos guardados
Se me escapan las pieles de su armadura esmaltada
se me escapa el deseo tras el semblante de hada.

Ella se permite desplegar alas y amansar los vientos
Ella es capaz de mitigar los roces en su etéreo cuerpo
Ella traiciona la vulnerabilidad de la sed carnal
Ella condecora la fantasía haciendola real.

Hada impaciente, alegoría de los impulsos
Mujer-Ave imprudente, orgullosa de sus lustros
Niña vanidosa, eternamente envidiada
Amante silenciosa, mágicamente transformada.

Ella cautiva lo que yo he renegado
Ella olvida lo que no he olvidado
Ella me gesta en su vientre de musa alada
Ella percibe el calor, los sueños, las ganas.

Abre displicente sus sienes
Hacia salivas ardientes
Ensancha sus labios
Lamiendo los espacios.

Se contempla y se suaviza en su piel de bordado vírgen
Humedece las miradas que la salpican y la revisten
Agudiza el vaivén de sus caderas al arrimo de sus caricias
Sugiere la locura hacia el borde de sus pupilas.

Mujer alada, me desprende del sosiego
Alborota mis entrañas con su aleteo
Enardece los vértigos de antaño sin permiso previo
Hace eco de mis voces que gimieron en secreto.

Deja mi piel en calma fantasma de mi ego!
Deja cumplir mi presagio de soledad y encierro!
Deja de bullir como ave en insaciable celo!
Deja vivir en claustro este anhelante cuerpo!

jueves, enero 03, 2008

Fue una noche tibia
Dócil con mis duelos
Sabia en sus afectos
Pronta en la consigna.

Fue una noche cuna
Espontáneo columpio
Cálida como refugio
Ninfa taciturna.

Fue una noche de media luna
Emblema de lo que cierra
Aguda simpleza
Elocuente clausura.

Fue una noche generosa con el alba
Dejó paso abierto al sol
Desvistiendo su luto
Coherente con la madrugada.

Cuando el mar se tiñó de azul
Y llovieron estelas en sus aguas
Cuando despertaron las gaviotas
Y mi piel ya sabía a algas…

Divisé mi ahora nítido horizonte
y ya no estabas tú…