El eco de ese enigma,
Aquel ritual y su emblema,
El mar sagrado envolviendo
Mi cuerpo desangrado,
Son los que hoy me dan la vida
Ya lejos del lamento
Y de las vanas
ofrendas
Del dolor acuoso rasgando las heridas
Levanto el mástil de mi existencia
Y ofrezco mi piel al viento
A ti,
Te asigno la autoría de este latido
Que emerge y se sumerge a orillas del deseo
Te confiero la pausa y la audacia de mi beso
Preludio fértil del húmedo estampido
Te invito a brindar por nuestro cuerpo
Semilla y fruto de todos mis delirios
Ondular por el infinito acertijo
Que nos convoca a amar tiempo tras tiempo.