viernes, febrero 21, 2020




Me dejaste 
Un lucero para hallarte
En el horizonte, tu sonrisa extendida
Mapa y sendero de todas mis alegrías 

Una lágrima emigrante
La magia de la despedida 
Una cálida tristeza 
La generosa paz de la nostalgia 
Todas las palabras necesarias, ya dichas

Me dejaste 
El corazón más grande
La esperanza -al fin- ceñida
Y un beso sanador en mis heridas

Te llevaste
El equilibrio del aroma a roble y sauce
La mirada tierna y fluida
Fuente y destino de todas mis sabidurías

Las charlas interminables
El consejo ante mis porfías
Los acordes de tu voz 
Tu mano en mi cauce azabache 
Y tus brazos que sostenían 

Te llevaste 
La raíz y la estructura del concepto “Padre”
La existencia de mi biografía 
Trenzada a la historia tuya y mía. 

Te llevaste mi vulnerabilidad ante la muerte
Me dejaste 
Tu océano de amor hacia la vida

 Y el ingente orgullo de ser “Tu Hija”.