martes, enero 29, 2008


Suspendida en lo alto,
Calibrando los centímetros que me alejan de la tierra
Voy vagando a través de los instantes
Lúcida, silente, cautiva de mis propias ideas.
Dejando caer el rito lapidario de ambigüedades
Impuestas

Cuando se detienen los segundos tan solo para asombrarse
de mi vuelo a través de la niebla
despejo la retina ya secada al sol, la de antes
y me vuelvo águila de plumaje lúbrico
y ojos penetrantes.

El mundo se muestra estático desde el cielo
los dias como caudales desesperados
que no encuentran su océano.
La gente… solitarios vagabundos, efímeros
Sedientos
La plaza, las calles, Babel entero
sudando en el tumulto, aullando en el desierto.

Para existir prefiero la tallada cumbre
Inhóspita, invocante… elevado sosiego
Pues nadie mira jamás hacia arriba
Ni empina el pescuezo más allá de los hombros de su propio compañero.
Para existir prefiero la suntuosa cumbre
La espesura de su gelidez invitando al sueño
Para existir elijo la inalcanzable cumbre
Como voluntario y último destierro.

Fotografía: Claudio Vidal, Chile.

2 comentarios:

Pulsante dijo...

Gostei muito.

Aeronautes dijo...

Tu Vuelo...

Para Sandra...escrito en el cielo, a bordo de un avión y en la ciudad, en un alto edificio.

Dichoso por ser el distante testigo de tu vuelo,
honrado pues la cumbre clamó por ti desde su ventisquero,
asombrado porque has sorteado oscuros temporales,
orgulloso porque montas ya con maestría alisios, puelches y mistrales.

Hoy me conmuevo por tu diario periplo entre sierras y valles,
por tu arriesgado y grácil planeo entre sueños y verdades,
porque con silente e hidalga actitud de águila herida
haz decidido navegar de nuevo los cielos meridionales.

La cumbre inexpugnable no se resiste ya al escrutinio de tus ojos penetrantes,
te invita a presenciar el bello crepúsculo desde su altura,
desde aquella prístina y fría torre de granito,
solitaria e inexplorada,
esa que nadie aparentemente visita.

Este pináculo no es tu destierro sino tu hogar
no es brutal cárcel sino tu voluntario refugio,
más hay otras siluetas aladas, claro que pocas,
que rondan habitando esta inmensidad;
deléitate con su vuelo a contraluz,
abandona la carga de preguntas…
y no dudes, atrévete a explorar.

Para mí habrá un momento del día en el que pases en vuelo rasante,
y en el que mis ojos apenas te divisen;
preferiré el silencio para contemplarte sin distraerte.
Una leve mueca… puede que sea una sonrisa para contentarme,
se desprenderá porque ya sé que esta bella ave
comienza a tener un nuevo y resistente velamen.

Este es tu vuelo, para un estudioso de las plumas...
la delicada sucesión de frases de una pieza de Satie,
un vuelo más alto que el de antes, creo que mucho más del que cuando eras niña…
Es tu nueva forma de despegar, ave de la luna,
tus alas ya son más amplias y livianas…
en éste, el primer alba de tu nueva singladura.