jueves, febrero 21, 2008

Adios a Cassandra...

Me arreglo el cabello, el de ébano
contengo las pupilas, las de tierra
Esparzo la piel salvaje, la de loba
Sacudo los labios, los de cera.

Felina camino entre palabras
Agazapada y atenta
Gata herida sin garras ni instinto
Que ronda por las noches y se sacude de día
Dentro, muy dentro de su morada fría.

Cambio de piel cada atardecer, con el sol goteando en los despojos
Lamiendo las heridas derramadas en cantaros cardenales
Que rebosan el vapor de la sangre ardiente
y penetran los abismos húmedos
y los muslos
y los valles.
Hay ruidos allá afuera,
de besos y fantasmas
Espectros invisibles que no cesan de ahuyentarme.

Elegante,
visto el mutismo de mis ojos
Con frases de fusil,
Asomo a tientas un retazo de mi piel
de cortesana hastiada de seducir.
Me detengo ante un espejo que sangraba
Herido por la loba, mutilado por la gata
Aún con la sangre invadiéndolo como rocío

Me reflejó a una mujer temblando desnuda
Que decía llamarse Cassandra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mmm... y quieres resucitar a tu Cassandra nuevamente? ... para qué nuevamente...