miércoles, marzo 12, 2008

Una imagen destellante ciega los flechazos de mis pupilas
Y los nudillos de mi memoria empuñada
Golpean fuerte el semblante ya sin máscaras ni insignias
Como urge después de tanta paciencia dilatada.

Los verbos transitan victoriosos por mi mente estática
como un ejército de deseos en falsa medianía
diluyendose en mis venas que de ardiente estallan
jactándose voluptuosos de su soberanía.

Disperso los calores susurrantes
Con rigor de mujer ceñida,
Con lánguida destreza disipo las preguntas
Exculpando a mi cuerpo de sus legendarias heridas.

Me perdono la ilusión cansina
Los cimientos taladrados de esperanzas
Y la inmediatez gastada de mi sonrisa
La misma que pigmenta de rojo las cenizas
La misma que frívola disuade, perversas agonías.

1 comentario:

Aeronautes dijo...

Tus líneas son tan tuyas, únicas e irrepetibles!
como cada una de las olas del Pacífico,
como cada una de las mariposas del enjambre de monarcas.
Que abrumadora es la densidad de palabras que emanan de tu alma;
admiro su ritmo, su fluir, su vehemencia,su ensamble.
Yo miro casi anónimamente tu suelo a la distancia, como te dije antes, sin querer distraerte.
Que especial, que única, que adorable eres - date cuenta de ello.