domingo, marzo 01, 2009

Un suspiro desventurado
con dolor blando y sincero
salvaje
estupefacto
ansioso
verdugo de las pobres ilusiones
corniza endeble del último recuerdo.
Subiré al borde de la lluvia para calmar las ruinas de mi sonrisa
enterrando cuantos milagros quepan bajo la tierra infértil.
Todo se enmudece
con el último e infinito suspiro-aliento
y contemplo la desnudez, los gritos,
el interminable abismo que se lleva lo que no alcancé a buscar.
Llevo los ojos prisioneros sobre la oscuridad de mi vacío
me permito exhalar el destino de mi propia resurrección
con una causa que se me repite y se me atraganta
como un sueño donde convergen ambas lunas
donde las ausencias tengan dos miedos para oirse
donde la tristeza no caiga húmeda por la mejilla
donde mi sombra de un salto y se separe de mis pies
para dejarme a solas con mi soledad.

2 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Me siento mal por disfrutar con estos poemas tristes, pero no puedo evitarlo.

Abrazos y besos.

Condevolney dijo...

Portentosa metáfora “subiré al borde de la lluvia para calmar las ruinas de tu sonrisa”. Delicioso poema esdrújulo en la desnudez que requiere el verbo en su destino de viento experto en vestir soledades, me encanta TORO disfrutando y me encanto yo mismo desasiéndome en hojas del hojaldre dulce (como de dulce de leche), voy a colgármelo en un gajo de mi farolera alma hasta que reviente de esa LUZ NO USADA que emanas en cada verso, alumbrando con su luz mi despejada frente de macho malcriado.

Gracias por regalar tanta belleza, recibe del que está en el cyber de peso las dos horas un caluroso abrazo en verso y unos besos piratas, con su ojo tapado y su pata de palo y como dice Sabina: y en la bandera dos tibias y una calavera.