Callo,
Intoxicando de impotencia los silencios
Libero la sensata huida de mis causas
Hacia mi laberíntico desierto.
Trago,
La humedad cobarde de mis ganas
Para alimentar gastados y misérrimos versos
Y lactar la hiel de mis palabras.
Lloro,
Sobre las líneas elípticas de mis manos
Para ahogar los destinos traicioneros
Cuando la noche omite su último acto
Y asumo este mudo y solitario secreto.
jueves, abril 09, 2009
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4 comentarios:
Sufro al leerte.
Besos.
Mascullo un epitafio
Me has llovido unos pañuelos
Demasiado me gusta.
y con qué miseria tan linda vestimos.
¿Donde nos perdemos Cassandra?
resulta que me falta siempre
y en eso estoy.
Me liberó lo tuyo, podría haberme anclado.
Gracias C.
Que bello, callar tragando lagrimas, y que amargo el cerumen que deja su lectura en voz alta en mis oídos, que feliz me siento reposando de nuevo mis codos en tus versos y mis ojos en tus mares y universos, exquisita manera de regalar secretos que asumo (casi) mudo y solidario.
Besos alados para que lleguen raudos a ti, allí donde alimentas tu parnaso
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