Oscuridad, sueño esquivo,
dolor, tranquilidad...
Rodean esta noche.
Como luciérnaga
tu presencia parpadea a mi lado,
me acaricia, me sana, me hace fuerte.
Como lluvia tu respiración resuena en mi oído, constante, húmeda, melódica.
Y me dejo ir en su armonía,
acurrucándome sumisa,
entregándole los acordes de mis latidos,
y toda la habitación se vuelve música tibia.
No está tu cuerpo,
hoy no lo necesito,
porque me acompaña lo más sagrado,
lo más tuyo, lo más mío.
Cerraré los ojos para encontrarte,
esta noche
en que tu cuerpo innecesario duerme...
mientras tú estas conmigo
2 comentarios:
Una presencia que lo llena todo.
Besos.
Tan mística que me asustas.
Vuelve!!!
Publicar un comentario