Como un sueño antiguo

De vívida semblanza

Arranco de la noche sin desvelo

En la cálida razón de mi mañana

Viajo sin lucero

Me esparzo, me diluyo

Soy nube y aguacero 

No hay aire, no respiro

No hay ahogo en esta calma

Esculpo profecías con mis dedos

Con las lágrimas que dejó 

la lluvia en mi ventana

Toda mi historia 

La aferraste a tu pecho

Donde cabe el orgullo

La humildad y el miedo

Me sorprenden los sentidos

La voraz hambruna del deseo

La soberbia de un beso

Y la  eternidad de su distancia

Toda mi vida encontró su sendero 

El temblor que le faltaba

Los ojos que ven lo que nunca vio mi espejo

En la rotunda sentencia de tu mirada

Escenario perfecto de mi universo

Y de mi existencia amante 

y amada.