miércoles, febrero 22, 2006

Escribir
tras las púrpuras cortinas
el emblema que te sigue y que te empaña
sobresaltada caer sobre mi rito
sobre mi sombra que aguarda
el tumulto gris de las noches insomnes.
Callo, guardo la palabra
esa que lastima los labios y el silencio
mordiendo el leve y sordo nudo
que atora la garganta.
No llegas - no te espero-
caigo lenta y transparente
caigo y me envuelvo de distancias
de vértigos ausentes, miradas, la mía, la tuya,
la de estos ojos que nos miran,
que traspasan la piel, irrumpen en la carne
que crecen en la historia que buscabas
desnuda de siglos inventados
para poblarse de nocturnos encantamientos
de noches venideras que no engendran ya pasados.
Me paseo boca abajo hacia el viento
me recojo los abrazos para otros
y siembro una caricia en la tierra misteriosa
que florece bajo tus pasos.

1 comentario:

Juan Pablo Belair dijo...

Sandra... más que sorprendido agradado... haciendo un par de cruces simples llego a su casa coronada de flores y estrellas que se tenía bien guardadas. Hasta fue citada por ahí en otro barrio que visito a menudo.
Espero que esta forma de estar sea una no menos paradojal manera de conectarnos virtualmente a nuestros mundos reales.
La invito a mi casa pues... huelo comunión... no de aquella por supuesto…