miércoles, febrero 22, 2006

Voy cruzando el límite
dominando el sonido difuso
esperando la luz , aquella lejana -que inmóvil-
vigila mi espíritu sorpresivo.
Aprieto mi edad
entre años martillados, labrados, construidos
mi alma se alza como un suspiro
entre vuelos de águila y cadenas de mártir
¿resusitaré entre esta vieja máscara de piel, párpados y carne?
Con un poco de grandeza y algo de humildad
recorro los sueños de tantos muertos
me arrodillo ante el cansancio de Dios
para descubrir los signos ondulados, agonizantes,
sobre el tejado, entre la jaula, dentro del vientre.
Subiré hasta quemarme la piel
hasta sólo ser rumor de vida, de relámpago y nube
Subiré hasta tomar de la mano esta luz
esta cercana,
-que inmóvil-
abraza mi espíritu visitante y sorpresivo

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