lunes, noviembre 12, 2007

La noche está fría,
pero no logra acallar este deseo…
Tu imagen me embiste por la espalda
Y sólo logro percibir el calor de tu aliento en mi pelo
Con los ojos clavados en la almohada
Aparecen tus besos como alucinaciones sin tiempo
No enjuicio la realidad ni me acobardan los misterios
Recurro a mis manos para ayudarme a navegar
Por esta piel desierta,
Investigando las huellas que tus dedos vagabundos
Dejaron en mi cuerpo
Encuentro el sitio tantas veces compartido
Palpitante, exultante y sediento
Lo cobijo tiernamente, como antes lo hacían tus deseos,
Acaricio sus pétalos moribundos
Queriendo arrebatarle al pasado un solo recuerdo,
Tiemblo de ausencias… sudo silencios…
Gimen mis labios en la escasez de tus besos,
Llego al abismo y arrojo al vacío la última gota
La última página de esta historia
Y entre temblores, sudores y gemidos sin destino
Lloro bajo las sábanas inundadas de savia amarga
Lloro sobre mis manos, artilugios de este rito.

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