martes, diciembre 11, 2007

No volveré a abrazar la confusión migratoria
Esta que lastima las certezas…

No hay forma de maldecir este tiempo
y seco mis intentos
Entibiándome el alma
Con esos besos almohada
que me dejaste a ras del sueño.

Te amo entre látigos y condenas
Entre amores nacidos a destiempo
Que escandalizaran hasta el rubor de las sirenas
Y Apaciguaran la pasión en la corteza del cerebro.

Pero no tengo más opción
que amarte desde el fondo
arrimarme al murmullo de tu canción
exhumando los restos de mi suspiro
albergar este exiguo corazón
Donde nace el misterio de lo humano y lo divino

Donde me acerco para herirme
Y me quedo para sanarme

Te amo sin esperanzas ni bienvenidas
Con sólo una ilusión cegando la mirada
Te amo con la garganta condenada al silencio
Y el fiero nudo estrangulando las palabras.

Te amo con la carne agarrotada
con el espumoso vértigo atrapado en las entrañas
recorriendo calles vacías y humeantes
entre lenguas de serpientes emborrachadas
y vírgenes nocturnas que se pasean vacilantes.

(Mostrándome lo que carece mi propia carne
Sabiéndose inútilmente envidiadas.)

Te amo y ya no quiero amar tu cordura instalada
Tu juicio heroico en el que perdí mil batallas
Necesito eludir el poder de tu silencio
Neutralizar tu piel que aun me tiene imantada
Abolir la hegemonía de tu cuerpo
Y asumir estoicamente, la distancia...para siempre.

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