lunes, enero 26, 2009


Detrás del dolor hay una vida
Impaciente por ser invocada
Esa vida que era, antes de ser dañada
Ese llano que fue piel, antes de ser herida.

Al fin y al cabo siempre aguarda
Recostadita en la esperanza
Brincando entre
los restos
De verdades,
Y los muertos
De traiciones.

Detrás del dolor no hay soledades
Sino una tierna inocencia que acaricia
Detrás del dolor hay una llama
que aun no sabe de cenizas.

Dentro del dolor hay tinieblas
Un gesto que amenaza
Horas que revisan
imágenes que hablan
recuerdos que intimidan.

Dentro de las lágrimas
Aun queda una sonrisa
Que se enciende cuando todo calla
Burlando su agonía.
Y queda titilando alguna mirada
Que mira y se hipnotiza
Con la aridez del tiempo que descansa
Y el pausado germinar de una semilla.

Quedan también atrapados unos besos
En el pantanoso amor
Que no se olvida
Y succiona los intentos
Que naufragan
Enlodando la saliva.

Conozco la diadema estrellada
Que antecede a las tinieblas
Conozco la ciénaga asfixiante
Y las nostalgias asesinas
Pero lo que no sé
Lo que ignoro
Es qué se encuentra
Cuando el dolor termina.

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