Para invocarte, escribo
Porque se que tus ojos serán lo único
de ti
Que se posará sobre mi alma
Rubrica, silabeante y rimada.
Para que me aprehendas, escribo
Porque imprimo mi sustancia en cada verso
Y transcribo el ceño que convoca
La expresión afónica y atragantada
De tu retina punzando cada verbo.

Te imagino ahora, descifrando este enigma
Fantaseando con las notas
Que callo y grito entre líneas
Te capturo cuando comprendes mi lenguaje
Cuando deslizo las metáforas sobre tu piel
Y te cubro de grafías
Como un rocío de caricias abreviadas
Y presiento
Que entonas el amor cuando interpretas
El preámbulo que hay en cada gesto
Horizontal y recostado
Ofreciéndote la inspiración desprendida
Para que pronuncies mi espalda
Y declames mi lengua enmudecida.

Para seducirte, escribo
Sospechando que el vértice de tu pupila
Leerá la frase encriptada
En cada beso que promulga esta misiva
Destinada a conquistar sin excusas
Tu mirada que atraviesa esta pantalla.
Para poseerte, escribo
A tu ojo cómplice y oculto,
No cautivo tu olor
ni transgredo tus muslos
aunque la sangre conjugue
églogas románticas
y como epígrafe te recite
un orgasmo mudo.