jueves, febrero 12, 2009

Tregua


Respiro para asomarme
Y he visto cuanta nostalgia guarda un ocaso
Los colores se desploman abrazantes
Y en ellos lavo la armadura de mis temores cotidianos.
Reposo para aliviarme
A mitad de un verano tan distinto a los otros veranos
La noche convertida en estelas de un mar indomable
En la embrionaria tregua que se asoma a mi vida.

¿Que esencia permanece a pesar de los ciclos?
La mía,
Más allá de los tiempos y las horas
Que se sacuden el letargo.
Permanezco, estoy
Y quisiera levantarme de un zarpazo,
Felina y delicada
Guardar antiguos besos como esclavos
Para repetirlos a mi antojo
Cuando duerma la ciudad y calle la tarde
Entonces, rescatarlos intactos
Y resucitarlos con mi lengua
Como testigos mudos
Como un viejo amor de vidas ya resueltas
Que reclama su espacio
Al margen de mis codicias nuevas.

Siento mi cuerpo,
Disfruto de los surcos impresos
Que han dejado los años
Admiro cada huella delineada
Por las caricias que fueron
Y las que he inventado
Me jacto de mi piel que no fue inútil
Que puede contar cuanto ha vibrado
Acaricio las agudas pupilas
Que han visto y deseado
Y mi carne que atestigua
La soberanía del instinto consagrado.

Respiro para hacerme
Fiel copia de lo que he soñado
Con un destino que galopa raudamente
Y un par de mariposas dibujadas
En las líneas de mis manos.

2 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Te siento magnífica.
Espléndida mujer.

Besos.

Condevolney dijo...

Genial “he visto cuanta nostalgia guarda un ocaso”. Gata, instinto animal y femenino “felina y delicada”, pero en lo nuclear humana. Yo también pondré rejas a mis besos, para sentirme preso de su estigma, aunque “solo mientras tanto” (tu libertad lo primero) las mariposas dibujadas en las líneas de tus manos vuelen acariciando el pelo/piel del amado y dejará su crisálida dorada para que en sueños reviente una nueva mariposa enamorada.

Desde el alma farolera invento y marco a fuego lento un “muy bueno” y te conmino a que el amor nunca deje de ser vino. Un fuerte abrazo en verso.