domingo, marzo 01, 2009

Solo me queda
Sentir como caen
En el suelo,
sobre la tierra,
En mis zapatos,
sobre la ausencia,
Entre mis pechos,
Sobre la inercia,
Entre los sueños
En mi tristeza
Sobre los miedos
Entre mis caderas…
Sentir
como caen
caen
solas
y sin testigos
Las gotas
que llueven de mis ojos

2 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

No me gustan esas gotas.
Para nada.
Diles que no vuelvan.
Que tus ojos se merecen luz y no tristeza.
Espero que así sea.

Besos.

Condevolney dijo...

La poesía procura sostener en la palabra la inasible presencia de lo incógnito, y ya “el poeta es el sacerdote de lo invisible” según el gran Wallace Stevens, así que tu, una sacerdotisa de las bellas palabras, consagrada plenamente a ellas no puede ahogarse en tal diluvio, aunque reconozco que debes vomitar sin pudor tus sentimientos y aprecio lo que cuesta y lo que vale el poder entrar dentro de ti y ver lo que ocurre en ese alma tan blanca y dulce, en fin, diluvia hasta que te inundes de sonrisas y puedas navegar de nuevo hacia este farol de mi alma que siempre iluminara tu camino, un beso tan grande que puedas vaciar en el tanta tristeza, bella Sandra.