Tercer delirio

Quisiera confundirte
Penetrar tu mundo imposible
Quisiera brotar de tu piel
O revolotearla con alas de golondrina.
Ser cántaro de saliva hirviente que sana y duele
Caer gota a gota por el sendero de tus hombros
Hasta habitar el abismo de tus labios abiertos.
Quiero alojarme en el instante previo
A despedir la cordura y su vestido blanco
Instalar mi delirio bajo tus párpados
Beber el espacio que quede entremedio.
Quisiera que fantasees con mis manos
Migrando y meciéndose sobre tu cuerpo
Y con mis caderas domesticadas
Al espasmo ondulante de tus deseos.
Quiero ser loba que sucumbe a la noche
Que lame la luna y devora el silencio
Loba que desgarra las cadenas y bozales
Y en libertad elige tu cautiverio.

Pero abdico al delirio y sus trampas
A la neblina que te oculta tras mis desvaríos
Porque sé, porque presiento
Que por esta locura viva… muero.


(La muerte es dulce cuando se agoniza
Ahogada en la alucinación de un beso.)