martes, junio 23, 2009

Impotencia

Asomas tu vergüenza
justo bajo el puñal de la venganza
no creas que el abandono sirve de alivio
cuando el sudor recién comienza.

Recuéstate a un costado de mis ganas
sabes que aún no me he dormido
y que puedo verte empuñando la rabia
a través de los párpados ceñidos.

Te levantas y te paseas, giras,
caminas y tropiezas
muda sonrío de tu torpeza
mientras llenas y vacías
las valijas, los recuerdos y la conciencia.

Sigo con los ojos cerrados
e indiferentes
dejándote pensar que estoy soñando
escucho a tu impotencia clavarte el alma
mientras me contemplas vorazmente.

Sé que no podrás partir hoy ni mañana
que los pies se te atrofiarán en el borde de mi cama
que te quemará la sangre cuando pienses en mis manos
abanicando tu cuerpo convulso y sudado

Sé que no podrás deshacerte de mi pelo ni mis labios
que no podrás ahuyentar la imagen trenzada
de tu carne entre mis grietas ardientes y mojadas.

Ves? Ya estás llorando, cobarde
deja tu falsa hidalguía y recuéstate a mi lado
ya te convenciste que no puedes dejarme?
que no puedes cargar con nuestro ígneo pasado?

Escucho un silencio perverso y extraño
decido no mirarte la vergüenza
y aguardar que llegues a mis brazos
justo en el instante
-en el preciso instante-
en que oigo el disparo.

7 comentarios:

Ego dijo...

Se disparan los deseos, los amantes, las palabrotas, los gatos en celo, los senadores, los aparatos de aire acondicionado, las canciones de Joaquín Sabina.
¿Qué se disparó en esa ocasión?
Un bexo muy gordo

TORO SALVAJE dijo...

Parece un castigo.

Como azotas.

Besos.

antonio dijo...

un placer leerte.

Condevolney dijo...

Vuelvo a tu casa, solo mientras tanto, y tú, siempre me estas esperando.
Vuelvo al precipicio de tus pasos, y tú, siempre los estas sacando brillo.
Vuelvo a tu parnaso con retraso, y tú, con una sonrisa te sonrío.

Solo entrar he escuchado un disparo, he vuelto la cabeza hacia otro libro y he encontrado a Bokowski casi muerto, por un verso atravesado, y tú a su lado, le he preguntado a un poema pistolero que estaba sentado en el extremo sur del sofá, pero me ha disparado antes de que pudiera hablar.

Genial Cassandra, un lugar para quedarse a tu lado y convencerse del error de no volver, hasta ese momento olvidado recibe beso, en silencio, susurrando, tú ya sabes de que va.

Anónimo dijo...

"Buena mescla entre la descripcion y la poesia"

Saludos

mentecato dijo...

Vengo a saludarte y a leerte.

Un abrazo.

Basquiat dijo...

algo se quiebra, o hace mucho que se quebró.