Llovieron los inviernos bajo mi umbral
se perfumaron primaveras
el tránsito indiscreto de los años
cursaron como vagos espejismos
atolondrados.
Ahora que flirteo con otra década iniciante
me atraganto de ayeres
me visto de princesa quinceañera
y espero el beso-despertador
y los felices para siempres.
Que llegan atrasados en el tiempo
cuan epílogo inconcluso
dejando la vida, escasa y ausente.
Abro mis labios deseantes
imprimo la noche en mi cuerpo
y me entrego rotundamente
al sueño…
sábado, junio 27, 2009
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2 comentarios:
Lo importante es que lleguen.
Aunque sea tarde.
Besos.
No me cabe duda que el sueño agradece la entrega. Pero cuidado, no vaya a enamorarse de ti.
Un bexo
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