Camino a diez deseos del suelo, con las horas
goteando entre mis dedos
la cabellera azabache gira con el viento,
hacia el norte,
apuntando los rubores de tu sombra.
Creo en la magia que invocó a esta noche
el venusiano encanto que bajó del cielo
seduciendo distraído los secretos de mi historia
repitiendo cadenciosamente mi nombre.
Tengo la piel abierta y derramada
sobre el enjambre de mariposas
que encubren tus palabras
todas ellas se abalanzan
sobre mi vértigo desnudo
y me rozan con sus alas
el vientre deshielado
y convulso.
Ellas recogen en su vuelo el pasado
sabiendo que tienen
una noche –solo ésta-
para indultar su existencia
y presentir el augurio
de partir tan temprano.
Sonreí, ante tu gesto movedizo,
oí tu rendición
ante el despliegue melódico de mis caderas,
convertí en labios
el sonido de tus besos
clavé mi cuerpo, a cada suspiro de tus manos
y anticipé tu ausencia
guardando tus huellas
bajo mis párpados cerrados.
lunes, noviembre 30, 2009
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4 comentarios:
Como me gusta lo que escribes.
Y que lejos estás.
Besos.
No me dejes tú,
donde estás ahora?
Versos
http://sellofania.blogspot.com/
Precioso, como siempre. Un placer leer lo que escribes. Por cierto, si al final sigues pensando en hacer ese viaje a Tenerife, ponte en contacto conmigo que me encantará hacerte de guía.
Un beso.
Un bellísimo decir...
Un abrazo.
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