Despierto
en un cuerpo ceniciento
Consumido
por el fuego
De
tantos delirios
Asumo
la sobrevivencia como destino
E
inicio mi testaruda reconstrucción
De
modo incierto.
Lo
que queda de mí alcanza para sostenerme
Y
para someterme
A
la cíclica labor de contar las cicatrices
Y
escribir sobre ellas su malherida historia
Con
la sangre que aún derraman los ojos tristes
Haré
mis nuevas alas
Con
la arcilla
Fabricada
con mis cenizas y mis lágrimas
Las
haré livianas como promesas
Y
aguerridas como la nostalgia
Me
haré una piel que no perdone ausencias
Y
unos labios que enfrenten y defiendan
Unos
ojos que besen
Y un corazón que bombee esperanza.
3 comentarios:
hacerse a la vida... con su bella crueldad y tierno espanto.
un abrazo,
Ojalá lo consigas.
De corazón.
Besos.
Y saldrás triunfante. No me cabe la menos duda.
Abrazos múltiples, para ti sola.
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