La ciudad neutraliza mis sentidos, justo esta noche
en que más los necesito,
te espero alineando los bordes de mis labios
para que llegues a salvarlos
con una leve mueca lames, besas, muerdes,
mientras aborto los rumores despiadados
de aquellos para siempre…
En una sonrisa te asilo de los miedos que te siguen
Y en el laberinto finito de mi cuerpo
Dejaré que deposites la costumbre al vacío
Sé que no dirás nada que deje mi piel en calma
Y que en tus abismos no encontraré el delirio que nos salva
Te vestirás de sombra y sobre ella andaré descalza
Tal vez dejarás al menos que eso sea mío.
Se que te abrazará la noche obligándome a envidiarla
Y que acusando a la locura te posarás en mi alma
Reirás como ríes con el ceño distraído
Y volverás a mi cuerpo que sabes aun te clama
Recogeré el aire que quedará sobre tu pecho
Me verás guiar mi pelo hasta la cima de tus egos
Jugando a lastimar tu orgullo instruido
A no caer en la red que ostentan mis manos entre tus dedos.
Me mirarás de día igual que la mañana
Entre nubes navegantes que te llevarán muy lejos
Me quedaré escribiendo esta intermitente bitácora
De los viajes sin retorno aquellos que parecen sueños
Tal vez no vuelvas, ni tu sonrisa, ni tu sombra
Tal vez no te espere ni acuda a tu silencio
Mas quedará una red translucida entre dos almas
Que solo verás al otro lado del espejo.
sábado, junio 07, 2008
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