martes, enero 27, 2009
La sigue de noche,
cuando sus pasos se confunden con los terrores
la visita disfrazado de alma humana
cuando tras su mascara
respira la locura de un hombre.
Huele salivando las calzadas
merodea los húmedos rincones
en que ella desparrama
su huella de hembra y sus sabores.
Escupe el odio por ese cuerpo
que de tanto odiarlo ya ama
de tanto husmearlo ya requiere
de tanto seguirlo ya reclama.
La conoció una tarde de esquiva
Pero segura llovizna
La vio adentrarse por callejones vacíos
Y encontrarse con esos ojos atrevidos
Que reían al verla y sudaban al tocarla
Burló con felino encanto
Las miradas que tropezaron con su sombra
Y siguió de largo
Rumiando traiciones y maldiciendo sus formas.
No puede verla contra ese pecho
Viril y deseante de sus savias
Que la arrojan hacia ese otro cuerpo
Y la queman a la orilla de sus propias ganas.
No puede ver sus labios
Dentro de otro beso
Sin anhelar la miel de sus entrañas
Ni desear las sales de su sexo.
Pensó en devorarla,
en atragantarse con sus vísceras
Quizás asi hubiese logrado domarla
removiendo de su piel las otras caricias
Pensó en quererla tiernamente
Y en que ella besaría su verdadera máscara
Y al fin ella amaría voluptuosamente
El agudo filo que clavaba en su espalda.
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2 comentarios:
Mi intuición ha sido certera.
Descubrirte ha sido un premio y a la vez un castigo.
Un premio porque he disfrutado leyéndote y tengo intención de seguir haciéndolo.
Un castigo porque no puedo evitar cierta envidia de tu don.
Gracias por mostrarte.
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