Toma mi alma
Hazla tu esclava
Acepto ser cautiva
Del laberinto de tus envidias.
Domina mis secretos
Átame a tu imperio dantesco
Donde la existencia flamea
Entre ánimas en miseria
Y los gritos desolados
De quienes así han amado.
Escóltame hasta las llamas
Del infierno que proclamas
O hasta tu lecho de soberbia
Que seré fiel a mi obediencia.
Me ofrendo a tus ojos encarnados
Y al anzuelo de tus manos
Acepta esta oblación desesperada
De quien ama en agonia desahuciada
Pero este es el trato;
Sólo podrás arrastrarme
A tu ardiente y eterno báratro
Después,
Solo después
De llevarme a conocer el latido de sus labios
Y haber quemado mi cuerpo
Entre sus brazos...