martes, noviembre 22, 2011
Razones
Tengo
tantas razones para amarte
que mientras la razón delibera sus causas
y redacta sus juicios
aprovecho de liberar
mi desnudez delirante
y provocar
la embriaguez de tu albedrío
con la ondulante ambición de mis caderas
y el voluptuoso caudal de mis miradas
rebeldes ante la cordura
sumisas ante el instinto...
Y no hablo de metáforas.
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3 comentarios:
Ay tus caderas....
Todavía las veo.
Besos.
Y para qué hablar en metáforas cuando el sentimiento es puro
(aquí va un suspiro)
dos por cuatro, niña bonita :)
Sos tan linda!
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