Segundo Delirio

La inventé volando
Con la maestría de quien sabe
Donde depositar los presagios.
La creo,
Cuando aterriza la tarde
Y el ocaso augura, como siempre,
Nuevas soledades.
La atrapo en la red de mis pestañas
Aceptando que su frágil libertad
No es más que este instante
Sin pronósticos venideros ni anunciantes
Ni proyectos nacientes de mañanas.

- Mariposa en cautiverio
Déjame cautivarte
Déjame retrasar tu intento
De estrenar tu largo viaje.
Acudirás llevando la primavera embellecida
En tu cromático ropaje
Allí donde urje que despejes el sol
De un aleteo
Y te anuncies emborrachando de color
El paisaje. -

Un suspiro intenso e impaciente
Se condensa sobre mi cuerpo despoblado
Haciéndose gotas navegantes
Que surcan libres por mi vientre
Hasta zambullirse en el acantilado
De mi ombligo inquieto e insolente.
Ella bebe intuitivamente, muy despacio
Arriesgándose en la rivera vertiginosa
Nutriéndose del néctar marinado.
Y en el último sorbo
Aquel último trago
Succiona mi delirio convulso y licuado
Y emprende su vuelo silencioso
Llevando de equipaje un beso alado.

Ofrenda

Toma mi alma
Hazla tu esclava
Acepto ser cautiva
Del laberinto de tus envidias.

Domina mis secretos
Átame a tu imperio dantesco
Donde la existencia flamea
Entre ánimas en miseria
Y los gritos desolados
De quienes así han amado.

Escóltame hasta las llamas
Del infierno que proclamas
O hasta tu lecho de soberbia
Que seré fiel a mi obediencia.

Me ofrendo a tus ojos encarnados
Y al anzuelo de tus manos
Acepta esta oblación desesperada
De quien ama en agonia desahuciada

Pero este es el trato;
Sólo podrás arrastrarme
A tu ardiente y eterno báratro
Después,
Solo después
De llevarme a conocer el latido de sus labios
Y haber quemado mi cuerpo
Entre sus brazos...

- Ama!
Te lo ordeno!
Exclamaba Ella con un aliento
Que se le escapaba.
- Ama!
Deja de eludir el estallido
Deja de temer al desconcierto
Y al inminente suicidio.
No sigas defendiéndote del arrebato
De la pasión que reprimes
con tu lenguaje aterido.
Deja de mentirte.
- Ama!
Aduéñate de mis suspiros
Desciende por mi garganta
Vuelve a mi pecho obstruido.
-Ama!
Te lo ruego...
Imploraba Ella, dudando,
al corazón herido,
Desangrado,
Sin latido,
Que sostenía en su mano.

Hoy no busco ser sabia,
Ni erudita, ni guía.
Ni alardear de mi maestría
Sobre días nublados.
Quiero fascinarme
Al despertar con un golpe del sol
En mi ventana
Y percibir cada atardecer
Como el primer duelo.
Admirarme
Del trino de los pájaros al enamorase
De las calles repletas de pasos viajeros
De los horizontes cargados de miradas perdidas
Y la lluvia que llega a mojar
Las pasiones en sequía.
Quiero la insensatez
Y sus consecuencias
Quiero mi ingenuidad y mi torpeza
Quiero la ignorancia de mis días antiguos,
Quiero sorprenderme y asombrarme,
Antes, mucho antes
De saber y de explicarme.

Amor sin destino

Este amor cubre las sombras
Que capturan el espejo
Me quema en la frontera de sus costas
Dirigiendo todos mis intentos
Este amor que no tiene nombre
Ni dirección a la que escribirle
Ni el café servido al levantarse
Ni el hombro seguro de hombre firme.
Este amor ruge ausencias
Y se quiebra cuando lo observo
resistiendo la certeza
de hallarse al descubierto.
Este amor no necesita primaveras
Ni que le bajen el firmamento
Este amor que pulsa el apetito
Es un amor de tiempos en silencio
De risas sin motivos
De valentías consistentes
Y de anhelos aguerridos.
Es un amor que bulle, hierve, se condensa
En miles de gotas azuladas
No requiere de cadenas ni promesas
Mas solo pide una mirada.
Este amor tiembla en el deseo
Se inquieta y palpita en las ganas
Encendido en manantiales exquisitos
(Es un amor que gime en secreto
Mordiendo sus delirios).
Este amor quiere posarse
Este amor reclama su sitio
Pero este amor
No le sirve a cualquiera
Por ello se ha vuelto tan engreído
Pasea orgulloso su solitaria estampa
Su encendido engaño
Su desamparo a penas elegido.

Tregua

Respiro para asomarme
Y he visto cuanta nostalgia guarda un ocaso
Los colores se desploman abrazantes
Y en ellos lavo la armadura de mis temores cotidianos.
Reposo para aliviarme
A mitad de un verano tan distinto a los otros veranos
La noche convertida en estelas de un mar indomable
En la embrionaria tregua que se asoma a mi vida.

¿Que esencia permanece a pesar de los ciclos?
La mía,
Más allá de los tiempos y las horas
Que se sacuden el letargo.
Permanezco, estoy
Y quisiera levantarme de un zarpazo,
Felina y delicada
Guardar antiguos besos como esclavos
Para repetirlos a mi antojo
Cuando duerma la ciudad y calle la tarde
Entonces, rescatarlos intactos
Y resucitarlos con mi lengua
Como testigos mudos
Como un viejo amor de vidas ya resueltas
Que reclama su espacio
Al margen de mis codicias nuevas.

Siento mi cuerpo,
Disfruto de los surcos impresos
Que han dejado los años
Admiro cada huella delineada
Por las caricias que fueron
Y las que he inventado
Me jacto de mi piel que no fue inútil
Que puede contar cuanto ha vibrado
Acaricio las agudas pupilas
Que han visto y deseado
Y mi carne que atestigua
La soberanía del instinto consagrado.

Respiro para hacerme
Fiel copia de lo que he soñado
Con un destino que galopa raudamente
Y un par de mariposas dibujadas
En las líneas de mis manos.

Te invito al mundo
A oler la tierra
A dejar de ser corteza
Y fundirnos en el crepitante zumo
De nuestra naturaleza.

A ser raíz que brota
Sendero que empieza
Aliento que contiene
Quejido de hojas secas.

Te invito a ser cautos
Con los miedos
Y osados con las quimeras
A desabotonar las alas
Y ceñir la inercia.

A contemplar la estampida de los días
Y fracturar la rigidez de los segundos
Cegarnos a las luces que idealizan
Los estrechos callejones sin rumbos.

Me aceptas la travesía?
Accedes a volar sobre el tumulto?
Te dejo mi mano confiada y expandida
Y un hechizo que cautive tus ojos mudos.

Veneno

Aquí, expandido entre mis venas,
recorre mis fluidos y mis órganos vitales
tanto tiempo acumulándose,
gota a gota, segundo a segundo…
veneno mortífero e inmortal.

Si me hubieses matado de una sola vez,
aniquilando las razones y las causas,
si me hubieses destruido sabiamente,
cual aspid enamorada.

Pero en cambio, acumulas tus intentos,
embriagando lentamente mi consciencia,
depositas en mi cuerpo tus alcoholes,
apabullas de un zumbido mis esfuerzos.
Y me dejas exhausta mordiendo mis venganzas
Urdiendo –agazapada- mis póstumos rencores.

…Ya no…
Ya no beberé de tus mieles ensangrentadas
Ya no me deleitaré de tus savias onerosas
Regurgito tus sabores
con el último intento de sobrevivencia
Y aquí en medio de tus hieles
Me levantaré, y valiente
Impondré mis esencias desenvainadas
cual saeta ardiente
Y veré evaporarse tus aguas amargas
Formando arreboles incandescentes.

Delirio...

La noche nítida,
El espesor del tiempo girando en mis narices,
Quejidos lejanos de distancias sin adioses,
Una nube quieta,
Mi pecho agitado,
Y tu delirio aliviándolo todo.
Palpitan las yemas de mis dedos
Sobre tu rostro imaginado
Anunciando que seguiré el trayecto.
Descanso en tus labios
Exhalo y tiemblo sobre tu boca
Gime mi cuerpo
Suena a lo lejos una melodía intermitente
A lo lejos.
"Cierra los ojos" me seduces y me ordenas
Y yo, desprendida del tiempo
Guardo mis pupilas.
Me llenas de roces benditamente perfectos
De alientos perfumados en miel e inciensos
Visitas mi espalda con aires de vagabundo,
Lamiendo mis poros sedientos y salados
Embrujas mi consciencia con temblores vírgenes
Y te acomodas en mi vientre emborrachado.
Te adhiero a mi piel sin rescates ni contiendas,
Y me fundo diluida en tus venas,
Allí ya no seremos...ni seré....
Viajo,
alada y liberada
Viajo amor,
Dulcemente acompañada.

La soledad se insinúa bajo mi puerta
La dejo entrar, yo indecisa,
Ella, indefensa.
Tiene rostro pálido
Se ve frágil y anémica,
Como si la sangre ya la hubiese derramado
En millares de lágrimas secretas.
Se le nota decaída
Pobre soledad enferma,
La arrullo entre retazos
De ilusiones huidizas
Y de amores olvidados
Entre un par de cartas viejas
Que ironizan mi pasado.
Sonríe ante mi esfuerzo por quererla
Me mira como diciendo “ya he llegado”
Asumo que su hogar está entre mis sábanas
Y la recuesto junto a mis labios
Me acaricia las nostalgias
Le acaricio el cansancio.
Se ve tranquila ya
Y repuesta
Tanto,
Lamentablemente tanto,
Que decide quedarse
A mi lado.

Para invocarte, escribo
Porque se que tus ojos serán lo único
de ti
Que se posará sobre mi alma
Rubrica, silabeante y rimada.
Para que me aprehendas, escribo
Porque imprimo mi sustancia en cada verso
Y transcribo el ceño que convoca
La expresión afónica y atragantada
De tu retina punzando cada verbo.

Te imagino ahora, descifrando este enigma
Fantaseando con las notas
Que callo y grito entre líneas
Te capturo cuando comprendes mi lenguaje
Cuando deslizo las metáforas sobre tu piel
Y te cubro de grafías
Como un rocío de caricias abreviadas
Y presiento
Que entonas el amor cuando interpretas
El preámbulo que hay en cada gesto
Horizontal y recostado
Ofreciéndote la inspiración desprendida
Para que pronuncies mi espalda
Y declames mi lengua enmudecida.

Para seducirte, escribo
Sospechando que el vértice de tu pupila
Leerá la frase encriptada
En cada beso que promulga esta misiva
Destinada a conquistar sin excusas
Tu mirada que atraviesa esta pantalla.
Para poseerte, escribo
A tu ojo cómplice y oculto,
No cautivo tu olor
ni transgredo tus muslos
aunque la sangre conjugue
églogas románticas
y como epígrafe te recite
un orgasmo mudo.

...y bajaré
a los suburbios de tu cuerpo
rastreando
las raíces de tu piel
...sentirás...
...sentiré...
Beberé tus ojos goteando por mi vientre
me acercaré con los labios abiertos
Con la saliva hirviente
Con los instintos sedientos
Seremos,
La consecuencia de un roce
El epitafio de un sueño
El estuoso mutismo
De un febril encuentro.
Y cuando abracemos la humedad
la convulsión póstuma
los férvidos latidos
cuando hayamos caído
del vértigo al abismo
acabaremos el viaje,
indefensos,
abrazados...
temblando,
solitarios...